jueves, septiembre 20, 2007

la posada del destino

Ahi estaba en la posada donde el camino me habia invitado, y que por momentos me preguntaba si yo habia forzado la invitacion o si en verdad habia sido obra de su generosa hospitalidad. Claro esta, despues de haber esquivado el atraco de malechores que quisieron atetntar contra las voces del amor que nos dabamos a la orilla del mar, donde la luna casi oculta y la lejana tormenta electrica iluminaban nuestros besos nuestras risas y mis casi infinitos intestos de quitarle el brassier.

A donde me llevas me pregunto, y no pude mas que contester, alli sin estar seguro de que alli aun estaba en ese lugar.

Y los carros publicos a esta hora son tanto un alivio como una preocupacion, alli se volvia riesgoso, pero la aventura no podia detenerse. Alli fue nuestra segunda escala de la noche despues del mar con su luna casi oculta, con sus olas de compañia, con sus luces a la distancia, y sus ladrones al acecho.

Alli nos quitamos las ropas, por fin, y la oscuridad se volvio tediosa, y vencimos el tedio con la media luz que brindaba un celular, que no encaja en el romaticismo de esta historia pero si la forma en que nos pudimos ver mientras haciamos el amor. Tu mirada clavada en la mia o viceversa, me pedias que no me alejara, me decias que queries sentirme, y yo sin ningun plan de alejarme obedecia.

Alli me converti en tu cielo, tu cielo, y tu en entonces en mi tierra.

Pero no queries separate de mi en la noche entera y yo no tenia donde dormir, asi terminamos en la posada donde el camino…

En cuarto que apenas era lo sufuciente grande para tenernos a los dos, a la cama un mesa y el abanico, mi complice de la noche… el cual funcionaba con el movimiento, y yo queria que funcionara toda la madrugada. Hasta que quedamos dormidos tu cuerpo al lado del mio hasta que el sol nos mando a llamar.