viernes, enero 26, 2007

besos de horas extras(retomando)

Era tan extraño, generalmente pasaban unas semanas antes de que la repentina desaparición ocurriese, nunca después de la primera noche y menos después de una primera noche como aquella. Decidí concentrarme en mi trabajo, y esperar que el día me trajera alguna señal de ella. Y en ese intento de concentrarme cometí unos 25 errores, olvide mi carné a la hora del almuerzo y casi dejaba sin portada la edición del periódico, y para hacer de todo una experiencia inolvidable haberme hecho merecedor de una amonestación por mi comportamiento impropio en mi lugar de trabajo la noche anterior. Amonestación de cual mi cómplice no había tenido noticias porque simplemente no aparecía.

Ya estaba por salir de la oficina, cuando al fin sonó mi celular mostrando su número en pantalla, en ese momento todo lo que me había ocurrido durante el día dejo de tener importancia, y conteste la llamada esperando que todo estuviese bien, lo cual al parecer, era imposible gracias a que hoy no era mi día.

-Sr. Santiago al fin logro comunicarme con usted con una buena razón para que me tome en cuenta- me dijo una lúgubre voz masculina nada semejante a la voz Monique.

-¿Quién me habla?

-Digamos que alguien que usted aun no conoce pero que, de una forma u otra tiene el control de cada uno de sus movimientos a partir de este momento… de cada uno.

-¿Dónde esta Monique que le ha hecho?

-No se preocupe ella estará bien, siempre y cuando usted así lo quiera. Duerma tranquilo esta noche. Mañana a primera hora sabrá de mí y de lo que tiene que hacer para garantizar tanto su permanencia coma la de su amiga en el amplio y no muy exclusivo club de los vivos.

-No cuelgue…- pero ya la llamada había terminado. Intente desesperadamente de marcar el número Monique, pero estaba apagado. Me senté en mi escritorio, en el que apenas 24 horas antes estaba disfrutando de sus besos, ahora me sentía abatido pensando que demonios estaba pasando.

Mire a los que aun quedaban en la oficina, me pregunte si les contaba o esperaba a ver lo que quería el individuo con el que había hablado. No había dicho nada de no ir a la policía ni cosas por el estilo lo cual me pareció desconcertante, o era demasiado entupido o tenia agallas. Una o la otra decidí no arriesgarme a descubrirlo de una forma equivocada.

lunes, enero 22, 2007

besos de horas extras (retomando)

Eran las diez de la mañana y aun no la habia visto en su oficina ni en ningun lugar del periodico, era como si la tierra se la hubiese tragado, no respondia el celular y en su casa la contestadora era el unico rastro de su voz que habia escuchado desde que nos despedimos las madrugada anterior...