lunes, noviembre 13, 2006

...besos de horas extras

- Pero que sorpresa, un gerente laborando horas extras- bromié con una mueca de sonrisa mientras alzaba la mirada para toparme con su mirada de dective en crisis. A pesar del miedo que le podian tener los empleados, el Sr. Zapatero solia tener un gran humor, y sabi como recibir la buenas bromas.

- No se confunda Sr. Santiago, no es el amor al trabajo el que me tiene amarrado hasta estas horas- Dijo, como esperando que uno de los dos le preguntará cual era el motivo de no tan grata presencia.Invitación que, mi curiosidad por saber con que ocurrencia saldría el viejo lobo, no pudo rechazar.

-¿Cuál será, entonces, esa fuerza tan grande que nos permite presenciar un milagro como este, alguien con tan buen sueldo, a tan altas horas de la noche en el periodico?- pregunté finalemente, antisipando la sonrisa al chiste que indudablemente vendria a continuación.

Terminó de entrar por la puerta, se paro firme,y con sus manos urgo en su bolsillo trasero por su billetera, la cual finalmente sacó y al abrirla para dudo unos segundos en mostrar el contenido, miro una ultima vez, suspiro, y con aires de tristeza, bien ensayados nos enseño la foto de una señora de edad avanzada que abrazaba la figura de aquel indiscreto hombre de tantas guerras luchadas.

-50 años de matrimonio Sr. Santiago, 50 años.

Los tres reimos, Monique, con algo de hipocresia ya que lo que realmente deseaba (no tanto como yo) era que finalmente se fuera para continuar con la conversacion que habiamos iniciado unos minutos atrás.

Zapatero dio un ultimo vistazo por toda el área y al ver todo en orden, se despidió con un hasta mañana, y salio por la puerta como si nunca quisiera salir de alli. Mis dedos impacientes se turnaban para golpear el escritorio/cama que esperaba por un poco de calor corporal. Hasta que finalmente la puerta se cerró.

"La puerta se cerró detras de ti..." - entoné, o al menos traté, dirigiendome hacia Monique, quien aun miraba en dirección a la puerta. La envolvi en mis brazos nuevamente y los labios volvieron a encontrarse, cerro sus ojos como quien se prepara para arrojarse al vacio, o en el peor de los casos como quien no quiere ver lo que esta a punto de pasar.
Rapidamente e di cuenta que era mas bien la primera opcion, cuando sus manos se clavaron en mi espalda. A lo que respondi llevando mis manos a sus muslos, cargandola y sentandola en el escrotorio-cama que por fin recibio la acción esperada. Nunca supe que tiempo pasamos besandonos antes de que mi mano derecha empezara a desvertirla de la blusa que llevaba puesta.

-No se vayan muy tarde- sugirió un ya muy familiar voz desde el pasillo, que como el hielo enfrió todo rastro de ardor que se econtrase de este lado de la puerta.

Ambos maldijimos, en tres idiomas diferentes aun abrazados y tumabados sobre el escritorio, nos quedamos unos instantes mas, hasta que por fin decidimos en silencio que no iba a continuar, al menos no alli la trama que que sin guión se estaba filmando con ellos dos de actores principales, y al menos un inoportuno actor de reparto.

5 comentarios:

DrLacxos dijo...

Diablo!!!!! eso si duele, que te hechen agua fria!!!< jajaja, maestro me esta haciendo que imagine qu eyo soy el señor Santiago!!!!!/

muy buen escrito!!!

Anabelle Pérez dijo...

Bu!!

Atrum dijo...

hello!!!!!!!!!!1

Anónimo dijo...

otro chopo!!!

GirlFromSantiago dijo...

Damn, Kamikam, siempre lo haces, siempre me dejas boquiabierta...