lunes, mayo 01, 2006

jugando al escondido

La lluvia arrecia, sin pedir permiso, sin consultarle al suelo. Y bajo los tejados de mi ciudad, el pan no es alimento, la vida no es vida, el amor no es amor si no mas bien un juego de poder contra poder, un póquer en el que no se arriesga nada, un simple estado de comodidad del cual ya no se quiere salir. Y por las calles, los perros empapados se burlan de quienes se refugian del agua, de quienes no quieren sentir el agua mojando su armadura.

Entonces, de pronto, el agua cesa, como todo lo que algún día comenzará de nuevo... y el sol comienza a calentar el suelo y el subsuelo, la sabia de las plantas, la sangre de los hombres, la mente de los políticos. Y este cambio del tiempo tan radical solo sirve para cambiar la actividad. Y entonces los perros ahora se burlan de quienes se ocultan del sol de su calor, de su energía.

Pero el día también tiene que cesar, y mientras los rayos de la noche se apoderan de la bóveda celeste, los que se escondían de la luz del día dejan sus nidos para adueñarse de lo que los demás dejaron tras de si hace horas para refugiarse de la locura de la noche, entre la burla de los perros, que no entendían porque todos se escondían de algo, porque todos huían del mundo, porque todos se ocultaban de su vida, de lo que han cosechado.

2 comentarios:

AlegriadeQuerer dijo...

Wao que hermoso esta esto como que me dieron ganas de…estacionarme por una playa lejos muy lejos leerlo de nuevo y después volverlo a leer tal vez hoy siento un poco de lejanía de las cosa que quiero cerca

Excelente esto que escribiste. Hoy te dejo solo la mitad de mi acostumbrada
Alegriadequerer

DrLacxos dijo...

porque la vida es como una pequueña pelota de ping pong que va y viene, va y viene, para pero en algun momento vueleve a seguir, tan sucesivo como las agujas de un reloj que trabajan dias tras dias, hora tras hora.