jueves, enero 06, 2005

Mónica

Por los cielos mi estrella te ví pasar,
decidí seguirte a cualquier lugar,
a recoger la luz que no quieras más
y guardarla en mi pecho
para cuando la puedas necesitar.
A hablar de ti, si de amor quieres hablar.
Hablar de mí, si de ti quieres hablar.

Por los mares sirena te ví surcar,
decidí seguirte sin saber nadar.
Como rémora de tu sombra me acostumbre
A alimentarme tan solo de tu nombre mujer.
Naufrague mil veces y mil veces más,
Pero sigo siguiéndote a cualquier lugar.

Ruta sagrada de este peregrino,
Que importa cuan largo pueda ser el camino
si estar a tu lado es mi dulce destino,
respirar tu perfume antes que al aire mismo.

Llegaste un noche e intente despertar
Pero un nuevo sueño me pudo apresar.
En mi onírico mundo a tu sonrisa me sujete
Y decidí seguirte a cualquier lugar.
Sea en el día o en la oscuridad.
Sea en la partida o en la eternidad.

Mónica me murmura el gris,
Que por mi ventana surge sin caridad.
Mónica las olas repican al golpear
Precedentes de un inhumano mar
Que de tu alma me intenta aislar.

Ya el tiempo desgasta mi voz,
Pero mis manos aun tienen valor.
Para garabatear lo que mi sangre siente,
Un hilo del que pende mi vida,
Tu los extremos que lo sostienen.

Ya mi estancia solo tiene valía,
Si tú mi gurú me sirves de guía.
Si me acarreas contigo hacia tu mundo.
Y me hagas sentir
que también es mi mundo.

Mónica, de nuevo el viento,
Y esta vez con más fuerza que ayer.
Mónica, las olas, sus roces.
Mónica tu nombre y mi aliento de ser.

Muero cuando no te encuentro,
Por eso siempre pienso en ti.
Cuando creas que no te veo,
mis ojos perpetuamente se cierran
y más aun se abrirán por ti.

Muero cuando no te percibo,
Por eso cuando me hablas contengo mi voz.
Para retener tus palabras en mis oídos
Y que no salgan hasta que un nuevo día
Tus ecos consagren con su don.

Mónica, y la brisa se disipa,
Pero su fruto en mi se quedó.
Mónica, y el mar se contiene,
Y a tu continente muy dulcemente,
Comando un navío vacío de gente
Pero cargado con todo mi amor.

Llegaste a mí y fue el destino
Pues nada pasa por casualidad.
Una flor no emerge en la vía
Para que el viajero no la pueda tomar.
Por eso decidí seguirte,
No importa en que planeta desees brotar.

Pasaste por mi vida al final de un día,
Y en lugar de irme con el sol espere la luna.
Con la alegría de un niño el día de navidad
Decidí seguirte a cualquier lugar.
Ya sea el cielo o el infierno,
A tu lado siempre aun cuando estemos lejos.


Como un caballero tras el grial,
La osada cruzada jure continuar.
Pues nunca en la tierra existirá
Cáliz más sacro que el que tú das.
Decidí seguirte a cualquier lugar,
Sea en la Tierra, en la luna o el mar.

Mónica una y otra vez,
El viento bufa desde los bosques
Mónica, y me ahogo al saber,
Que me empapa tu mirada,
Aun cuando no estés.

Muero cuando me faltas,
Como hombre bajo el agua,
Por eso inspiro cuando te veo,
Y tu aire contengo,
hasta verte de nuevo.

Muero cuando te despides,
Por eso no te oigo decir adiós,
Tan solo escucho un hasta luego.
Que me da esperanzas
De un nuevo encuentro.

Llegaste a mí cruzando una puerta,
Y derribando muros dentro de mí.
Una noche que aun sigue viva,
En cada mirada que tu rostro arroje.
Y aun cuando no sabia lo que hacía.
Decidí seguirte a cualquier lugar.

No hay comentarios: