jueves, enero 06, 2005

Recordarte.

Esta vieja ciudad,
esta calle vacía,
este tren sin destino,
al que ahora llamo vida.
No es más que un recuerdo,
un absurdo quebranto,
de lo que un día fue amor,
y tan solo quedo llanto.

Y doy pasos por aquí,
Otros cuantos por allá,
Un día duermo en la luz,
Y despierto en la oscuridad.
Y me escondo tras montañas,
de los escombros que dejaste,
alejándome de la burla,
de los sueños que te llevaste.

Vuelvo y paso por aquí,
por esta línea que me desvía
que me deja sin razón
y de locura me contamina.
Y sin saberlo no estoy aquí,
Y ahora me encuentro contigo,
Por lo menos eso es lo que pienso,
cuando el llanto se asemeja eterno

Ciego ante el mundo entero
miro apenas lo que me hace recordarte,
y un mutismo agobiante
llega con solo querer hablarte.

Esta alcoba sin ventanas
que huele a risas olvidadas
hoy tan solo una estampa
de la soledad más trastocada.
Esta alcoba sin vida,
que besos reclama donde solo hay almohadas,
es la tumba en que termina,
la ilusión que me dejabas.

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